No es misterio que las personas y las marcas tienen relaciones cada vez más complejas o profundas, lo que provoca que las personas son cada vez más exigentes al momento de preferir o elegir una marca.
El pasado abril se presentó el “Chile 3D” donde, como siempre, premiaron a las marcas de excelencia, pero lo más interesante son algunas de las conclusiones que se presentaron, entre las cuales destacamos la siguiente: “Los chilenos están demandando transparencia y anticorrupción a las empresas y marcas”
Una declaración que alude directamente a la confianza que existe entre las marcas y las personas. Esta confianza ha ido al alza los últimos años, pero sigue siendo baja. Lo que nos permite concluir que los chilenos y chilenas no confían en las marcas y empresas, esto puede deberse a muchos factores, pero uno de los puntos claves son los casos conocidos de corrupción y colusión de muchas empresas.
Frente a esta problemática, ¿Cómo podemos abordarlo? ¿Cómo podemos ser más transparentes con las personas y ganar de vuelta su confianza?
Nosotros creemos que la imperfección de la marca te da confianza, ¿Qué significa esto? Mostrarse como personas, las personas no somos perfectas, entonces ¿Por qué las marcas si lo son? ¿No están manejadas y creadas por personas? Tenemos que dejar de mostrar solo lo bueno y mostrar cómo somos en realidad. Por otro lado, saber quienes trabajan, entender que cuando se manda un mensaje hay una persona detrás y qué como marca también tenemos problemas y los enfrentamos.
Un gran ejemplo de una campaña que ayudó a mejorar la confianza y demostrar que las marcas son personas es el de Lipigas. Después de sospechar e incluso investigar una colusión del gas, pudieron mostrar y abordar sus problemas, mostrando transparentemente por qué subió el precio, sin esconder ni maquillar la verdad, incluso utilizando sus RRSS como un espacio para enseñar sobre los procesos de recolección y distribución de gas.